Más del 50% de la población de Cubelles se abstuvo de ir a votar en las pasadas elecciones. El absentismo social creciente en los procesos electorales y la desconfianza general reinante hacia toda la política son evidencias claras de una democracia enferma. Algo ante lo que tenemos que reaccionar.
Para ello hay que cambiar radicalmente los principios del ejercicio político a través de una concepción diferente de los cargos públicos y a través de la aplicación de especiales medidas de control. Los políticos, hoy en día son un grupo social de riesgo, habida cuenta de los numerosos casos de corrupción.
Lamentablemente son muchos los que carecen de una vocación real cuando optan por dedicarse a la política. Esta situación es una verdadera lacra y debería ser motivo de alarma. Entre otras cosas una democracia no puede soportar una postergación de 4 años de los asuntos sociales, siendo mucho lo que se puede hacer en este tiempo si se practica una democracia real.
Aunque no se trata de la única actuación nos parece básico comenzar por la renuncia explicita al enriquecimiento de aquellos que quieran desempeñar una función de gobierno. Estamos convencidos de que hay muchísima gente que aceptaría encantada esta condición. Y dado el caso de que alguien considere que la sociedad debe compensarle el no dedicarse a ser empresario por causa de ser político, en tal caso, la respuesta es simple, sea usted empresario siendo ese su objetivo y no venga a entorpecer donde no toca.
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